
Mi abuela, Julia Moncayola, murió ciega, con algo más de 80 años, en el inicio de la década de 1940. Me acuerdo vagamente de ella. Así como ella, yo también tuve problemas con la visión… Debería haber sido operado, pero salí de la tutela de los médicos, para dejarlo todo en las manos de Dios…
Gané diez años más con visión y sin mayores problemas. Continúo escribiendo estas mis “pseudo- memorias”, incluso, ahora ya acrecentando fotografías y videos que estoy juntando a mis textos y colocando todo en la Internet… Conseguí también hacer varias excursiones de bicicleta y a pié: Camino de Santiago, escaladas a los Andes, etc… ¡Pero últimamente, volví a enfrentar problemas con la visión!...
No quiero quedar dependiente de los otros por causa de enfermedades, sea de los ojos como mi abuela Julia, o sea como las referidas sobre las muertes de mi padre y de mi abuelo…
Dios mío, líbrame de la dependencia de los otros, facilítame el acceso final a la montaña de Bargagain, después que yo haya cumplido de forma satisfactoria mis incumbencias que me fueron designadas para mi pasaje por este Mundo… ¡Que así sea!...
Cavalcante – 17 / V / 2009.
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