segunda-feira, 15 de fevereiro de 2010

12 - CADENAS DE ALMAS


La idea de Infierno, es apenas una invención para encadenar almas, una “herramienta de dominio” creada en la Edad Media por la Clase Teocrática Occidental, para subyugar las almas de los hombres. Incluso, esa “clase dominante”, hasta antes de inventar el “miedo del infierno”, se atribuía el poder de acabar con vidas en nombre de Dios… En los países donde el fenómeno de la Inquisición no ocurrió, corre libremente la elocuente imagen del padre guerrero, con un crucifijo en una mano y una espada en la otra: ¡Son las dos, símbolos de “herramientas de poder” del hombre sobre el hombre!
El Infierno, es una “evolución” en el arte de dominar, si lo comparamos a la figura del “esclavizador tradicional” que imponía su voluntad sobre la del esclavizado, se armando de herramientas que apenas “mataban el cuerpo”… ¡El esclavizador “inventó” el Cielo e Infierno, como “herramientas” de Dominio Absoluto, el “eterno dolor” y el “eterno placer” para encadenar las almas y ejercer dominio sobre ellas!...
Por otro lado, en el caso de la Inquisición (esta la principal institución usuaria de la “nueva herramienta”) cuando esta mandaba los hombres para las hogueras, obtenían “lucros prácticos” substanciales: ¡la organización se quedaba con los bienes materiales de los sujetos incinerados!...
Así como la Inquisición quedó “fuera de moda” en los tiempos actuales, la idea de Dios como Algo o Alguien residente en un Reino de los Cielos externos al propio Hombre, algún día también quedará “fuera de moda”… Esa idea quedará anacrónica, como tantas otras ideas quedaron anacrónicas en se tratando de los asuntos de Dios, y será substituida por la idea cristiana que se deduce de la frase de Jesús: El Reino de los Cielos está dentro de vosotros. El cuerpo de Giordano Bruno fue incinerado en las hogueras inquisitoriales, pero no murió junto con su cuerpo la idea que él portaba consigo, de que hacemos parte del Cuerpo Divino. Incluso, antes que Bruno, San Paulo expresaba idea parecida, al escribir: En Él (en Dios) vivimos, respiramos, nos movemos. Y en otra ocasión, el propio San Paulo también escribió: No soy yo que vivo, mas Él (Dios) es quien vive en mí.
Somos parte de Él…
Por mi vida respondo… No dejaré mi vida y mi destino en las manos de aquéllos que se proclaman con voz de trueno como siendo los legítimos representantes de Dios en la Tierra, diciendo que ellos pueden arrancar mi vida y no yo, que ellos son los dueños de mi vida y voluntad “por la Gracia de Dios”…
El “hombre viejo” es especialista en ejercer su dominio sobre la vida ajena, inventando “mil y un trucos” para “encadenar almas”… Como el suicida se escapa a su insaciable ansia de dominio sobre el prójimo, condena este con su popularesca frase: La Vida a Dios solo pertenece, y como él se proclama “representante de Dios en la Tierra”, solo él tiene derecho de matar “en nombre de Dios”, condenado el cuerpo del suicida al exilio fuera de los limites del Camposanto…

Y hablando de suicidios y suicidas, yo que ya viví en Japón, veo que por allí tienen enfoque diferente sobre el asunto a nosotros por aquí, en Occidente: ¡Por allí existe la “bárbara” tradición del Hara – Kiri, el “suicidio ritual” como medio de “salvar la honra”!... Y también, el gesto de los viejos se quitar la vida para no pesar a sus descendientes, no es “cosa extraña” entre aquél pueblo, es hábito hasta más presente de lo que es reconocido habitualmente… Por lo que deduzco de palabras veladas que ya oí, parece que las faldas de la montaña mas alta y sagrada de Japón, el Monte Fujiyama, es frecuentemente usada por viejos que no quieren pasar por la humillación de la dependencia ajena para continuar vivos, para allí poner fin a sus vidas… El tema tratado en la película Balada de Narayama, que ya causó una cierta repercusión en la década de 1980 en Occidente y asunto al cual me refería en el capítulo 8, no es hábito tan en desuso en los días actuales como parece, en aquél país, donde El Sol Naca Antes… ¿Y lo que decir de los Kamikaze, que sorprendieron el mundo durante la II Guerra Mundial, con sus gestos heroicos al cambiar la propia vida por la de un gran numero de “enemigos del Imperio”, y que ahora parece que está siendo imitado por fundamentalistas musulmanes, aquellos a los cuales livianamente catalogamos como “suicidas fanáticos”?...
Y yo por aquí quedo me preguntando: ¿Será por puro acaso que Japón, aquél país con tradiciones tan “bárbaras”, es actualmente tan admirado y hasta envidiado, por presentar el más alto nivel de desarrollo financiero y social en todo el mundo?... ¿Y será por acaso que el elefante, el mayor animal terrestre (y tal vez el más inteligente) tiene el hábito de se alejar de la convivencia con la manada y buscar su “Narayama paquidérmica” cuando se sienten viejos (e inútiles)?...
¿Y será por acaso que La Chica de la Nieve (relato del capítulo 1) en vez de ser castigada por Dios, parece que fue por Este premiada al tener la osadía de cambiar su vida por ConocerLo?... ¿Y aquéllos que se presentan como “representantes de Dios en la Tierra”, lo que harían con la Chica?... ¿La excomulgarían?... ¿Y cuando ella muriese de verdad, impedirían sus restos mortales de ser acogidos en el Camposanto?...
Nada es eterno en el Mundo de las Formas, y ni en el Mundo de las Ideas, este que es generado por la mente humana al contacto y convivencia con aquél… La idea japonesa de Eutanasia como siendo algo, no apenas justificable, como hasta elogiable dependiendo de las circunstancias, podrá pasar algún día a ser considerado, de un “hábito bárbaro” de un pueblo exótico, para actitud común y bien vista por la especie humana en general…
25 /III / 1998 – Alto Paraiso.

Nenhum comentário:

Postar um comentário