
Hoy estaba conversando con una amiga sobre el frío que hace en el invierno en Alsasua, donde yo vivía en mi infancia y juventud.
En 1954 fue registrado -27° en Vitoria (a 44 kms. De Alsasua). En aquéllos tiempos yo trabajaba en Fundiciones de Alsasua S. A. A las noches hacía tanto frío, que cuando llegábamos para el trabajo por la mañana encontrábamos las arenas transformadas en bloques de hielo, lo que impedía la formación de los moldes que por la tarde servirían para fundir las piezas de hierro.
Empezamos a hacer hogueras de madrugada para caldear el ambiente en la nave de la fundición, y así impedir el congelamiento de las arenas húmedas… Pero la madera para hacer las hogueras se encontraba en la intemperie, debajo de la nieve y el hielo…
Yo fui encargado de transportar la madera para dentro de la fundición y montar las piras de las hogueras que serían encendidas de madrugada… Frío horrible, dolor insoportable en las manos principalmente: ni guantes teníamos para protegernos un poco del frío… creo que la sangre de los dedos empezó a congelarse, lo que producía aquél dolor insoportable… Mi vecino Bengoa, el boxeador, fue encargado de ayudarme también. Cuando este se dio cuenta de las dificultades para ejecutar el trabajo, se negó a hacerlo… El encargado quiso obligarlo a proseguir con el servicio: ¡Faltó muy poco para no ser vapuleado por el boxeador!... Continué a hacer yo solo el transporte de la madera…
Tengo plena conciencia de lo que debe ser morir congelado… ¡ya tuve mi propia vivencia personal en 1954, a una temperatura de -27°!… Ahora tengo el apoyo de Dios para me ayudar a soportar el sufrimiento, si realmente llego a acabar mis días congelado allí por las alturas de Bargagain, como he andado pensando últimamente en hacer ocurrir… La “estatua humana de hielo” que aparece en la película La Balada de Narayama (la viejita semi – cubierta de nieve en posición de oración) será la imagen que me acompañará en mis últimos momentos y me dará coraje para enfrentar con gallardía mi final en la montaña…
3 / IX / 1998. Alto Paraíso.
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