segunda-feira, 15 de fevereiro de 2010

16 - EL EGOCÉNTRICO DECAPITADO


Reví hoy Balada de Narayama, en un video que traje de São Paulo.
Me fije en un detalle al cual no había dado realce en la primera vez que ví la película: ¡La importancia que es dada por la comunidad a la supervivencia de la propia comunidad, en detrimento a la supervivencia de los individuos!... La supervivencia de estos es relegada a segundo plano cuando confrontada con la supervivencia de aquélla… No son solo los viejos que son descartados por que estorban a la comunidad en la supervivencia de esta, mas también familias enteras que miran antes por sus propios intereses que por aquéllos intereses de la comunidad como un todo: una familia con esas características, es eliminada sumariamente, al robar los bienes colectivos de la comunidad, siendo que los ancestrales de esa familia ya habían sido castigados por el mismo motivo en el pasado…
Esa es una observación que corrobora lo que yo propio pude observar directamente en los tiempos que viví en Japón: ¡Por allí es evidente el realce e importancia que es dado a actividades y procedimientos que redundan en el bien colectivo, y siendo menospreciados los que redundan apenas en el bien de los individuos. Ese ahí, es un sentimiento cultivado desde la primera edad: ¡Las escuelas forman ciudadanos antes de formar individuos!...
El resultado es un país que se parece mucho con una colmena o un hormiguero…
Al contrario de allí, en las antípodas de Japón, por aquí en Brasil, esto aquí recuerda más a una nube de bichos e insectos de todas las especies disputando el cadáver de algún bicho muerto en los campos… Si bien que por aquí también se puede observar en los individuos gestos de solidariedad para con el prójimo, principalmente cuando estos son víctimas de catástrofes naturales: ¡Un impacto en el nivel emocional de la colectividad, moviliza esta para aliviar los sufrimientos ajenos!…
Visto así, los lazos que unen los individuos en Japón son más estables en el tiempo, creados sobre bases históricas, mientras en Brasil son más inestables y ocasionales, dependiendo de fenómenos fortuitos e imprevisibles, como en el ejemplo citado de cataclismos naturales… El asunto merecería un estudio más profundo… Queda para otra hora… ¡y tal vez para “otro alguien”!
En relación a Balada de Narayama, en la historia que allí es contada, de nuevo ví la viejita como un ser en un estado superior de evolución personal de conciencia. La viejita es un Modelo, un ejemplo a ser imitado por los otros individuos, para estos abandonar los intereses propios cuando estos entran en confronto con los intereses de la comunidad como un Todo Orgánico, con características propias en los niveles biológicos, sociales, históricos y religiosos particulares que ese Todo presenta.
Dentro de una visión mitológica-religiosa, la viejita puede ser considerada como una misionera, una “enviada de los cielos” (“cielos” eses que serían la representación simbólica del Alma Colectiva de aquella sociedad específica).
En lo que se refiere al título de la historia, este es inspirado en un pasaje del final del relato, cuando un personaje canta una canción que alude a Narayama, como siendo un lugar acogedor, donde acaban los dolores de los seres humanos, vidas de estos que fueron vividas con muchas penurias y pocas alegrías… ¡El lecho blando de las nieves de Narayama, convida al descanso de los cuerpos rotos y cansados que por allí van llegando a través de los siglos!…
19 / V / 1998. Alto Paraíso.

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