sexta-feira, 24 de setembro de 2010

94 - LA ÚLTIMA VANIDAD DEL HOMBRE

La última vanidad del hombre es su epitafio. – Conde de Oxenstiern Me parece que voy a huir a esa regla… Mi recordatorio tampoco lo hice todavía… ¿Será que merece la pena hacerlo?... Hace algún tiempo atrás estuve en una gráfica, intentando explicar al dueño lo que quería hacer, mi “recordatorio”, pero sin entrar en muchos detalles (por aquí no existe esa costumbre del “recordatorio”)… El dueño de la gráfica no paraba de hacerme preguntas: ¿Cómo, porqué, para qué?... él intentando arrancar de mí más explicaciones que las que yo quería dar… Al fin, reconocí que es una costumbre que existe en España para recordar los muertos… Él entonces me preguntó porqué yo quería poner mi nombre y fotografía en aquél impreso si yo estaba todavía vivo… ¡No respondí nada y salí de la gráfica sin despedirme!... ¿Será que merece la pena preocuparme con ese detalle?: ¡La última vanidad del hombre es su epitafio!... Cavalcante – 21 / V / 2002.

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