96 - LA NIÑA MUERTA I

Hasta ayer yo tenía cuatro amigas en la calle donde yo vivo… Cuatro hermanas todavía niñas… ¡Hoy ya, solo sobran tres!... La mayor murió ayer atropellada por un coche en Brasilia…
El Domingo pasado, yo la dejé feliz: la encontré en la plaza y le compré un helado… Hoy me había olvidado de ella cuando fui a su casa a llevar un regalito para dos hermanas menores gemelas que hacen aniversario, cuando recibí la noticia… ¡Fue un golpe bajo mortal que llevé!... Mi consuelo fue descubrir que todavía sé llorar cuando hay un buen motivo para eso…
El Universo está lleno de misterios, de razones que escapan a nuestro entendimiento… Por encima de todas las preguntas, indagaciones, razones y sin-razones, existe una Sabiduría Mayor que todo lo sabe… ¡Amén!...
¡Esperando por los restos mortales de alguien que mal había empezado a vivir!...
Izaiana: - Hoy por la mañana, cuando compré el regalito para tus hermanas aniversariantes, me recordé de tus otros hermanos menores y les compré un regalito también… ¡Pero de ti me olvidé y no compré nada!... Discúlpame… Tú también tendrás tu regalito, y él viene “del otro lado del mundo”, de Japón… ¿Tal vez cerca del lugar por donde tú andas ahora?... Espero que te guste la campanilla japonesa que te daré cuando llegues por aquí hoy por la noche… ¡Y espero tener “Ojos de Ver” para poder ver una sonrisa iluminar tu rostro!...

20 horas
La visión del rostro deformado de la chiquilla no fue un espectáculo agradable de se ver… Mis Ojos de Ver no están todavía abiertos para poder visualizar “algo más y mejor” que el feo cuadro que conseguí ver: ¡Ni me animé a sacar la campanilla del bolsillo!...
Estuve pensando en dársela a la madre de la niña cuando la encontrar… ¡Pero ahora estoy repensando y tal vez ni eso voy a hacer!… Hoy por la tarde hice un ramo de flores silvestres que recogí de las colinas próximas: ¡Tal vez ese será mi único y anónimo homenaje sobre el túmulo de la chiquilla!...
Solo resta una cosa para hacer… exclamar junto con Sta. Teresa: ¡Dios solo!...
Cavalcante – 22 / VII / 2002.