quarta-feira, 29 de setembro de 2010

96 - LA NIÑA MUERTA III

Hice mi “altar”, pero después de un día decidí desmontarlo… No es solo la madre de la niña que quedó trastornada con el infausto acontecimiento… ¡Yo también quedé!...
Mirando las cosas más fríamente, hoy veo que ese “altar” tiene connotaciones mórbidas… ¡de auto-piedad tal vez!...
Me he aislado mucho últimamente, y con eso tal vez haya dado excesiva importancia a las visitas esporádicas de las niñas…
-¡Morir tenemos!
-¡Ya lo sabemos!
-¡Dios solo!
Cavalcante – 27 / VII / 2002.

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