
La Muerte reclama su derecho a tomar posesión de mi… Una vez más, veo buena voluntad en los que me rodean, pero pequeños gestos subliminares denuncian: no tengo “mi lugar”, no tengo “mi espacio”… ¡puede ser que hasta “mi momento” de “crear orden” en el Universo y de continuar en este mundo ya pasó!…
Dios está haciendo su parte al llevar mi salud “con altos y bajos” para que yo no caiga en la dependencia de “los otros” para continuar vivo… tal vez Él también quiere que yo continúe “por aquí” escribiendo estas “reflexiones del fin de mi vida”, a pesar que yo mismo no sé si irá a aparecer alguien interesado en leerlas…
La cuestión (subyacente) que me planteaban El Valentón y sus hijas hace algún tiempo atrás, sobre quien cuidaría de mi en mis “momentos finales”, cada vez se configura más respondida: Dios cuidará de mi Alma como siempre lo hizo, a pesar de que yo no lo notase la mayor parte del tiempo y ¡sus “enviados” los buitres cuidarán del resto!...
Como Quiroga señalaba para mi signo astrológico hace algún tiempo atrás, paso por un periodo de tiempo en que tengo toda la libertad para decidir sobre mi vida y mi futuro, sin necesitar dar ni pedir explicaciones para nadie…
Eunápolis –BA – 27 / XII / 2000.
Nenhum comentário:
Postar um comentário