terça-feira, 26 de outubro de 2010

121 - AJEDREZ (CONTINUACIÓN)

En 1936, cuando explotó la Guerra Civil Española, los Republicanos (Rojos) que quedaron en Alsasua y las otras aldeas del Valle de la Burunda, eran arrancados por las noches de sus casas por los Falangistas y Requetés (Azules) y eran llevados para la Sierra de Urbasa, donde eran ejecutados de forma sumaria y sus cuerpos lanzados en las “simas” existentes en aquélla Sierra… Mi propio padre se salvó de llevar ese fin, por que en aquél fatídico día huyó por la noche, junto con otros compañeros de trabajo de la Fundición y simpatizantes de la República, por los montes, hasta la ciudad de Beasain, en la vecina provincia de Guipuzcoa, que era de dominio de los Rojos… Uno de esos compañeros de fuga fue Casto, del cual fui más tarde ayudante en la Fundición, en la época que hicimos los moldes de la Cruz de Bargagain. Ellos dos, Casto y mi padre, cuando llegaron en Beasain, por causa de la edad avanzada de los dos, fueron movilizados para hacer “servicios de retaguardia”, dentro de la “situación de guerra” que se vivía por todos los lados: trabajaban en una fábrica de bombas, esta la cual fue varias veces destruida por los aviones nazistas, los mismos que destruyeron Guernica… Por lo que se, Casto y mi padre se salvaron varias veces de los bombardeos, refugiándose en las cloacas de la fábrica de bombas…
Mi padre y Casto sobrevivieron a muchas vicisitudes, posteriormente a aquélla ocasión en que se salvaron por poco de acabar sus días en las “simas” de Urbasa… En ningún de esos momentos y circunstancia era llegado “el momento y ocasión” de ellos acabar… así como tampoco fue el momento de mi padre acabar en aquélla ocasión de Septiembre de 1962, cuando él me pidió para “darle algo” para acabar con su larga agonía (él pasó dos o tres meses entre la vida y la muerte y desengañado por los médicos, que más tarde no tenían “explicación” para la sobrevivencia de él)…
Mi padre todavía vivió hasta 1976, cuando yo ya había emigrado para aquí, en Brasil, y no estuve cerca de él en esa su “segunda agonía”, que por lo que me contaron, fue de nuevo difícil y prolongada…

¿Y yo aquí?... ¿Sería conveniente pensar de nuevo en 2009, a los 70 años de edad, como el de mi “momento final”?... ¿Y sobre “mi lugar”, en vez de debajo de la Cruz de Bargagain, no sería mejor adentrarme un poco más en la Sierra de Urbasa, buscando alguna de aquéllas “simas” que sirvieron de “depósito colectivo de cadáveres” de habitantes del Valle, eso en el año de 1936?... ¿27 de Abril de 2009, el día en que haré 70 años?... ¿O algunos meses después, con Bargagain / Urbasa ya cubiertos de nieve, para ser “mi fin” más parecido con el de mi “modelo”, la Viejita de Narayama?...
Así, 73 años después de mi padre frustrar la voluntad de los “verdugos azules” de lanzarlo en “aquellas simas” de la Sierra de Urbasa, yo, su hijo, vendría a ocupar con mi esqueleto el lugar dejado vacante por el esqueleto de mi padre…
Así, mi esqueleto, si no quedase junto al de mi padre, este que se encuentra en el fondo del valle, quedaría al fin a pocos kilómetros de distancia, para arriba de la Sierra y al Sur del mismo Valle de la Burunda… Al fin ¡todos nos transformaremos en “polvo”!... Nuestros huesos, las piedras esculpidas con nuestros nombres que tenemos como costumbre de colocar encima de nuestros huesos, todo eso el tiempo transforma en “polvo y olvido”… ¡Solo “Algo más” que no puede ser mezclado a las cosas que tienen una “forma”, se salva de esa “transitoriedad” decepcionante!…
Intentaré cumplir mi “última voluntad”, en lo que se refiere a cuidar de los detalles finales de lo que hacer con mis “restos mortales”…
¡La VOLUNTAD DE DIOS, también está presente en los actos y omisiones de nuestras “pequeñas voluntades humanas”!…
¡Los voluntariosos “verdugos azules” no consiguieron dar el fin que querían a mi padre en 1936!... Espero que los “buitres” (algunos de ellos sin alas y disfrazados con “batas blancas”) tampoco consigan dar el fin que les gustaría dar a este montón de huesos, carne y sangre que me acompañan en mi “peregrinación terrestre”, y también de esta vez, mi Voluntad se imponga en lo que se refiere a “mi fin”…

El PALCO DEL MUNDO es un enorme tablero de ajedrez, donde somos “piezas” movidas y controladas por la VOLUNTAD MAYOR DEL UNIVERSO, al contrario de lo que nos parece, de que somos los “dueños de nuestro destino”… ¡Nuestros deseos se realizan, si coinciden con los deseos de la VOLUNTAD MAYOR!... Apenas pido para ELLA que me permita tener el “fin soñado” para mi “cuerpo mortal”, así como Yamashita tuvo el “fin por él soñado”; así como la Viejita de Narayama, “alineada” a la VOLUNTAD MAYOR de la “egrégora” formada por su grupo tribal, también tuvo su “fin conscientemente aceptado”…
Un manto de nieve cubriendo el escenario del “drama final” de mi vida, es lo que deseo para mí… y allí encima, bien arriba, más allá de las nubes, un Jardín de Estrellas, esperando por mi VERDADERO YO… Y yo subiendo, subiendo, mientras la “Balada de Bargagain”, inaudible para oídos humanos, sonará en los cielos y se esparcirá por las Sierras y llegará hasta el Valle de la Burunda…
¡Con permiso del MAYOR, que así sea!...
Cavalcante – 10 / X / 2007.

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