
Por estos días estuve leyendo los cuatro libros de Imitación de Cristo.
Hoy me desperté pensando que aquéllos libros son anónimos, apenas “atribuidos” a un monje medieval que vivía en un monasterio, de nombre Tomás de Kempis.
Por todos los textos se entrevé el esfuerzo del autor (o autores) para anular la personalidad mundana y “disolverse en el Ícono Colectivo Cristiano”…
Con base en esa observación, estuve cuestionándome a respecto de si todo lo que he estado haciendo últimamente, organizando mis apuntes y dándoles la forma de un diario, si eso no denuncia en mí un ser soberbio, preocupado en crear una “imagen’ para ser adorada y admirada hasta después de la muerte…
Estuve pensando si no sería mejor destruir todo lo que he andado escribiendo últimamente y me retirar para las montañas, vivir en soledad como un ermitaño… Me recordé de los manuscritos de mi libro O Campo Biopsíquico, que casi los quemé ante los conflictos con mi mujer, que a veces era atacada de furia incontrolable contra mí, contra todo lo que yo era y hacía, quedaba “poseída de los diablos” cuando me veía leyendo, pesquisando, escribiendo… Fue por poco que aquél libro se salvó de ser “abortado antes de nacer”, en mi intento de aplacar la furia destructiva que a veces se instalaba en ella… Poco a poco descubrí, que yo acabar con aquél libro, y hasta acabar con mi propia vida a través del suicidio (cosa esta que no solo pensé, como se puede decir que hasta intenté, como ya relaté en Encuentros cap. 5) no habría servido de nada, pues los problemas eran de ella misma y consigo misma: ¡Lo que ocurría en su alrededor servía apenas como pretexto para “el lado bestia” que existía dentro de ella (junto con el “lado ángel”) se manifestar con toda su “furia destructiva”!… Hoy en día, vivo con la certidumbre de que fue la Divina Providencia que intervino para dejarla con los movimientos y la lengua inmovilizados y a merced de la caridad de los hijos: ¡Así las cosas están mejor que cuando ella estaba con “plena capacidad de acción”!... Pero todo esto es apenas “desvío” del tema principal que quería exponer…
Después de pensar en destruir estos manuscritos y “desaparecer en las montañas”, reconsideré mi posición: ¡aquí están también los “rastros” de mi “ángel bueno”!... En realidad estos apuntes, si algún día llegan a ser conocidos, pueden servir de referencia a otras almas que como yo están envueltas en una “guerra interior” entre las fuerzas constructivas y las fuerzas destructivas, o dicho de otro modo, almas preocupadas en aliarse a Fuerzas Mayores que existen en el Universo por detrás del Movimiento de la Evolución de la Vida y Conciencia Universal…
Para decir verdad, veo pocas posibilidades de ser creado alrededor de mi “memoria” un Mito, eso a pesar de todo lo que he andado pensando a respecto de mi “fin”, que puede ser al pié de una Cruz que señala el punto más alto de un pueblo, lo que daría algún “realce” a mi personalidad, esta normalmente inadvertida en los tiempos actuales de mi “Peregrinación por el Valle de las Sombras”…
Me recuerdo de Osho, que decía que a pesar de él ser contra todos los “ismos” religiosos, podría ser que alrededor de él propio también los hombres podrían crear un “ismo” más (Oshismo) a pesar de todas las advertencias que hacía para sus seguidores, diciéndoles que él era apenas Un Dedo Apuntando para la Luna, y que cada uno tendría que llegar hasta ella, así como él había llegado: les incentivaba a seguir caminando por “sus propios pies” en vez de quedarse a su alrededor adorándolo, no quería que sus seguidores fuesen meros “adoradores de dedos apuntando para la Luna”… pero se resignaba reconociendo: -Los hombres son así… Puede ser que a mi alrededor también creen un “ismo” a pesar de ser lo último que yo por mí mismo querría que ellos hiciesen…
Pero Osho fue un “fenómeno mayor”… ¡soy insignificante si comparado a él!... Así mismo, voy a reconsiderar la posibilidad de dejar “rastros” tan palpables como los que he andado pensando dejar en este mundo…
Incluso, me acuerdo de un detalle interesante alrededor de un “fenómeno” mayor que Osho: ¡Jesucristo!... ¿Lo que es “real” y lo que es “mito” alrededor de Éste?... Uno y otro, mito y realidad, pueden estar mezclados en lo que a Él se refiere, y de tal forma enraizados en el Inconsciente Colectivo de la Humanidad, que esta rechaza cualquier intento de dar algún “matiz” mitológico a la figura de Jesucristo…
Hace unos 20 años atrás, leí un libro que me parece que fue condenado al ostracismo, sin siquiera haber sido contestado: ¡Los Manuscritos del Mar Muerto y el Mito Cristiano!... Aquél libro lo perdí en mi “vida gitana” alrededor del mundo que vengo siguiendo en los últimos años, y ni me acuerdo del nombre de su autor, pero sí me acuerdo que él era un “investigador oficial” que recibió el encargo gubernamental de “analizar” los manuscritos y dar su veredicto sobre la validad de los mismos como “documento histórico”.
Esos “manuscritos” fueron hechos en la época y lugar en que Jesucristo vivió. El “investigador”, después de varios años de estudio de los Manuscritos, escribió un libro como resultado de su trabajo, al cual le dio el título ya citado, donde presentaba una tesis bastante verosímil sobre la “génesis” del Mito Cristiano: La “enseñanza evangélica” y la Historia de Sangre fueron basados sobre un líder esenio conocido en su época por el nombre de Maestro de Justicia (su nombre verdadero no era citado en los Manuscritos) el cual murió crucificado por orden de un rey judío que gobernaba el pueblo de forma tiránica y perseguía a los practicantes del “ascetismo religioso” de los Esenios, estos que vivían en el desierto, sin querer se someter a las órdenes del gobierno oficial y su tiránico representante. Eso ocurrió, algunos años antes de la destrucción de Jerusalén por obra de los romanos, hecho ese que tiene el registro oficial en la “Historia de los Romanos”, y que ocurrió alrededor del año 70 de nuestra era… Los detalles secundarios sobre la figura humana de Jesús (el tal Maestro de Justicia de los Esenios, según la tesis del investigador) habrían sido creados de forma oral en los siglos siguientes, y habrían sido escritos solo a partir del Siglo III de nuestra era, por tanto bastante después de los “verdaderos hechos” haber ocurrido…
Actualmente, los “adoradores de la Cruz y de la figura mítica de Jesús”, ganaron un “objeto” más para adorar con la descubierta del Santo Sudario: No existe todavía certidumbre absoluta a respecto de que allí aparezca en “negativo” la imagen del creador de las Enseñanzas Evangélicas, pero ya está siendo “adorado” como si lo fuese de hecho… Por el momento, lo que los investigadores descubrieron, fue que allí ocurrió algún “fenómeno de alta energía” que dejó las marcas: si eso es debido a la “desintegración” del cuerpo físico de aquél que envolvía el paño en el momento de “desprendimiento y subida para el Reino de los Cielos” de Jesucristo, como ya creen los “adoradores del Mito Cristiano”, eso ya es “otra cuestión” que seguramente jamás se podrá probar…
Por mi parte, dejo para atrás la “multitud de adoradores de dedos apuntando para la Luna”, y sigo enfrente mi caminada para la Verdadera Luna, llevando debajo del brazo mi compañero y guía actual, el libro Imitación de Cristo (el Libro III, principalmente)…
¡No sé si algún día llegaré Allí!... Si yo llegar, procuraré mandar noticias, pero desde ahora os voy avisando, “adoradores de huellas en la arena”: ¡Ahí no hay nada, seguir vuestra caminada en busca de la Unión con el Padre (o dicho en “otras palabras” buscar procesar en vuestro interior la Transmutación Evolutiva del Alma)!...
Alto Paraíso – 31 / XII / 1998.
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