Mis hijos, que están en Japón, a vueltas con los problemas creados por la enfermedad de mi mujer; ellos tienen que resolver sobre el destino de ella… Ella no puede quedar sola, pues no puede valerse por sí misma: hasta para ir al retrete tiene que llevarla alguien, pues no consigue ir ella sola… Mi hijo menor, Mauricio, está con la vida entrabada, pues tiene que estar 24 horas cerca de ella para ayudarla en sus necesidades… Están pensando mandarla para Perú, para que los suegros de mi hija Solange, que son jubilados, cuiden de ella y poder librar Mauricio para trabajar en las fábricas y ser independiente… Sobre los suegros de Solange, es intercambio de favores: ella posibilitó la permanencia legal del marido cuando se casó con él, pues era emigrante clandestino, y como mi hija es descendiente de japoneses, ella y el marido actualmente están en la legalidad y con eso el marido puede mandar dinero para sus padres y estos tener condiciones mejores de vida… Incluso, Solange, con sus amistades nipónicas que tiene, está intentando regularizar también la situación de una cuñada, esta que también está en la clandestinidad por allí en Japón…
Conozco la vida difícil del emigrante en Japón, pues ya viví por allí tres años… Mis hijos todavía tiene que “cargar el fardo” de la madre enferma. La vida no debe estar fácil para ellos por allí… Resta el consuelo tradicional: ¡probaciones son oportunidades para el “crecimiento interior”!
¡Há, si todos tuviésemos la conciencia del viejo elefante, del gato viejo de mi ex patrona y de la viejita de Narayama! ¡Cuantos infiernos familiares serían evitados si aceitásemos la muerte como haciendo parte de la vida!... ¡Há, se nos preparásemos en vida para el “enfrentamiento final” siguiendo los consejos de San Juan de la Cruz, cuando este decía que no deberíamos ir atrás de la Medicina para prolongar la vida a cualquier precio, y sí enfrentar la muerte con gallardía!...
Por estas y otras razones, creo que se justifica la programación de mi fin. ¡Soy un privilegiado, Dios mío, por tener la conciencia de que Tú estás siempre junto a mí!... Y que crezca en mí la compasión por los que no tienen ese privilegio… La mayoría escoge como modelo a ser imitado la actitud del “Viejo de Narayama”, incomodando a medio mundo para intentar escapar al inevitable “enfrentamiento”, teniendo como tienen el “modelo” de la “Viejita de Narayama” como ejemplo para ser seguido… La imagen de la “Viejita” en oración, siendo cubierta por la nieve y en un gesto de “entrega y devolución” de esta nuestra “chispa de conciencia” a la Conciencia Mayor y Original de Dios, es mi modelo para ser imitado… Y si algún día estas líneas llegan a ser públicamente conocidas, es mi mensaje para quien las leer: ¡por tu bien y por el de aquéllos que te rodean, escoge para imitar el “modelo” de la Viejita y no del Viejito de Narayama!... Escoge también Dios como compañía y apoyo a tu “pasaje” por este mundo, en vez de escoger el apoyo de familiares y “especialistas de bata blanca”, figuras estas tan pasajeras como la de tu propio cuerpo… Imito aquí a la “Viejita de Narayama”, en el momento en que ella daba una bronca al “Viejo” que quedaba histérico y quería evitar el inevitable “enfrentamiento final”… Te incrimino aquí también, si desperdicias tu vida ocupándote en apenas obtener futilidades, en vez de la “Perla Verdadera” del sentimiento de que somos todos Uno con Dios, parte de Él, y que sin Él nada somos, apenas “formas de barro” destinadas a se transformar en polvo algún día…
Por tu bien: ¡Escoge correctamente mientras hay tiempo! ¡Tienes todo a ganar y nada para perder! ¡Anida lo Eterno en ti, desprecia lo perecedero, líbrate del apego a fantasmagorías pasajeras!... ¡Entrégate a Dios! ¡Cumple de la mejor forma posible tu peregrinación por este mundo, siempre con la conciencia de que aquí estás a servicio de Él, en vez de de quedarte pensando que el Universo existe para ser colocado a tu servicio y para el placer de tus sentidos!... Desata los nudos que te amarran a lo pasajero y ocúpate en atarlos a lo ETERNO… Ese cambio de hábitos y finalidades en tu vida, hacen parte de tu misión aquí en la Tierra...
¡Somos Todo en él, y sin él somos nada, apenas polvo!...
Caraguatatuba – 16 / III / 2000.
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