quinta-feira, 26 de agosto de 2010

64 - CARAGUATATUBA


Primer día en esta ciudad del Litoral Norte del Estado de Sao Paulo… ¡Solo de nuevo, en lugar en que no conozco a nadie!... Empecé a “dar vueltas a la cabeza”, e por unos momentos sentí el peso de mi soledad… y eso creó en mí un sentimiento mórbido de auto-piedad… Pero enseguida reaccioné: abrí las páginas de mi actual libro de cabecera, Imitación de Cristo, y en su lectura re-encontré mi paz de espíritu, el sentimiento de que “no estoy solo ni nunca lo estuve”… ¡La certidumbre de que cuanto más yo me disminuir, más Dios crece dentro de mí!…
Gracias Dios mío, por me confortar con la certidumbre de que “En Ti vivo, respiro, me muevo”…
Empezando un experimento con mi organismo. Voy a ver si por aquí, al nivel del mar, y con la ayuda de la natación, no me veo obligado a tomar remedios contra la hipertensión… Mi ojo izquierdo casi quedó sin visión por causa de ese mal… Estoy en las manos de la Escuela Paulista de Medicina, para intentar reverter el proceso degenerativo de mi ojo… ¡Con la ayuda de ellos, voy a continuar Tu Obra, dentro del papel que tu me designas en Tu Creación, Dios mío!... Continuaré desempeñando ese mi papel, hasta que Tu quieras… y me avisa de forma que yo lo entienda, si Tu tienes para mi vida y su fin, otros planos diferentes de aquéllos que establecí!... ¡Amén!...
Caraguatatuba – 15 / III / 2000.

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