Ayer hablé por teléfono con mis hijos, que viven en Japón. Yo había mandado algunas cosas para ellos a través de personas conocidas, incluso para Yoko. Mis hijos dijeron que ella les mandó me agradecer… Realmente, alguna cosa parece que está cambiando en ella: ¡Es buen señal!.... Antiguamente, cualquier cosa que yo hacía, podía ser un gesto de cordialidad, de buena voluntad, ella rechazaba todo que viniese a ella de mi procedencia… Quedo contento por ella… Pienso que los dolores que estuvo pasando realmente la mejoraron “por dentro”, el sufrimiento no fue en vano, tal como deducía por un sueño que tuve algún tiempo atrás (cap. 28)
Alto Paraíso – 3 / V / 1999.
Nenhum comentário:
Postar um comentário