Estoy viviendo en nueva pensión. La dueña alimenta algunos gatos abandonados que aparecen en la puerta de la casa. Había un gato viejo, que aparecía por aquí, que en los últimos días parecía enfermo y ni comía la comida que la patrona le daba… Ya lleva algunos días que no se le ve más por aquí… La patrona comentaba que los gatos viejos van a morir en soledad y lejos de casa… Yo sabía de ese comportamiento que ya fue observado con los elefantes, mas sobre “gatos viejos” es la primera vez que lo oigo… ¡Tal vez, quien sabe, algún día el hombre también sigue el ejemplo de esos bichos!... ¡A la “industria de la salud” no le irá a gustar, y seguro que irá intentar que eso no ocurra!... A los pusilánimes, también no les irá a gustar la idea e inventarán muchos discursos para disimular su miedo de enfrentar La Parca del Umbral, condenando aquéllos que la enfrentan con coraje sin cair en las redes de aquélla “industria” citada… El “hombre viejo” es así: una máscara ocultando la feúra de su cobardía, discursos inflamados de “ira que dicen ser santa” contra el prójimo (muchas veces mejor que él propio), “corazón venenoso” oculto en el pecho, mientras por sus discursos indican como si cargasen “tesoro raro” dentro de él… El “hombre viejo” es falsedad, él ignora la muerte y no sabe que este es el mejor camino para ser por ella derrotado… ¡Solo encarándola es que podemos vencerla, transcenderla, y nos transformar en HOMBRES NUEVOS!...
El “hombre viejo” es simiente que se pudre sin germinar: su miedo de “morir como simiente” impide a la Vida continuar en Otra Dimensión. Aceptar la idea de La Muerte como parte de la Vida, es el desafío a ser vencido… El “hombre viejo” es como el avestruz, que mete la cabeza en un agujero en el suelo para “huir” de la presencia del cazador… Huir al enfrentamiento, es la fórmula exacta para ser derrotados por ella…
Todos vamos a tener que enfrentar Nuestro Narayama algún día… La viejita en oración cubierta de nieve es mi modelo para ser imitado en Mi Momento… Quien intente “escapar” al desafío del enfrentamiento, será llevado maniatado, llorando, maldiciendo, y será empujado por el barranco al encuentro del más negro de los abismos… Mientras eso ocurre con él, un Mundo de Luz existe a nuestra espera: es apenas nos abrir a Él, y enfrentando la Negra Presencia del Umbral, transcender esta “realidad menor” y ¡alcanzar Aquélla Mayor!…
¡Que muera en mí la “simiente”, Dios mío! ¡Que yo me abra a Tu Realidad Mayor, esta que está más allá de los límites de la “cáscara de mi ego superficial”!... ¡Tu eres el Comienzo, el Medio y el Fin!... ¡Nada soy, solo Tu eres de Verdad!...
Alto Paraíso – 10 / XI / 1999
Nenhum comentário:
Postar um comentário